LOS TEXTILES COMO CREADORES DE AMBIENTES
Si estás en casa y, por un instante, te detienes a mirar a tu alrededor, verás que allá donde te alcanza la vista hay unos elementos que siempre están ahí. Son los textiles que, al igual que la ropa para la personas, resultan indispensables para vestir los espacios.
Uno no se llega a poder imaginar la importancia de los textiles en el interiorismo de las estancias, por eso merece la pena compararlo con la moda, ya que, de hecho, las tendencias que se siguen en muchos casos son las mismas. Y si una persona disfruta, presume o luce un abrigo, una falda o un jersey, ¿por qué no podemos hacer lo mismo con nuestra casa? Ésta también actúa de “escaparate” de sus propias prendas ante los ojos de sus moradores, primero, y después ante los ajenos, llámense visitas, amigos, familiares, etc.
Afortunadamente la oferta de los textiles que viste la casa es inmensa, actuando de prendas para muebles como sillas, sofás y pufs representadas en las tapicerías; para camas en forma de sábanas, edredones, etc.; para las ventanas con las cortinas y estores; para los suelos con las alfombras y moquetas; para las paredes con ciertos revestimientos textiles; para las mesas con mantelerías, servilletas, caminos de mesa, etc.; y para los complementos con cojines, pantallas de lámparas, muñecos infantiles, plaids, etc.
Lo cierto es que no hay estancia de la casa que no cuente con un textil entre sus elementos, por lo que debemos considerarlos necesarios en cualquier proyecto de interiorismo. Es, por tanto, el creador de ambientes por excelencia. Los textiles en el hogar envuelven a las personas, ya no sólo físicamente, sino también visualmente. Porque debido a su composición, los tejidos son sinónimo de calidez, de bienestar y de infinidad de sensaciones generadas por las texturas.
Y aún hay más cosas que aportan los textiles y es estética, imagen, atracción. Gracias a los diversos diseños que lucen, son capaces de despertar ciertas emociones cuando entras en un espacio vestido -ya sea sorpresa, frescura, admiración, rechazo, optimismo, elegancia, ternura, seriedad, masculinidad…- y todo ello depende del estampado, de los colores, de los acabados, etc.
Los textiles son capaces de dar vida a un ambiente pero para hacerlo bien hay que saber cómo distribuirlos y combinarlos, una tarea que muchas veces requiere de la intervención de un profesional.