Apuesta por los detalles textiles

 

Los complementos decorativos son indispensables en cualquier espacio, pero hay algunos que destacan sobre otros, siendo el caso de los textiles por su función cálida, acogedora, elegante… para vestir los ambientes.

 

La búsqueda de un ambiente en el que sentirte bien es el objetivo de cualquier proyecto decorativo, haya o no la mano de un profesional detrás. Se trata de buscar esos detalles que te gustan, esos colores que te alegran, esos muebles especiales… Y, sobre todo, esas telas que visten los diferentes rincones de tu casa.

 

Si te das cuenta, en cualquier estancia, los textiles están presentes de multitud de maneras: cortinas, colchas, butacas, cojines, plaids, sofás, lencería, alfombras, manteles e incluso pantallas de lámparas o revestimientos de paredes. Una vez dijo la conocida interiorista Sara Folch que “con los tejidos se determina el estilo final, se concluye el proyecto”. Y es cierto, representan el envoltorio del regalo, la guinda del pastel, es decir, aportan ese toque clave al interiorismo por su función de “vestir” -y, por tanto, de crear- el ambiente. Sin ellos, no existe el proyecto.

 

Y bien es cierto que pueden determinar el estilo decorativo porque las posibilidades que ofrece el mercado son infinitas en cuanto a tejidos, texturas, acabados, formas, colores… De su elección dependerá la atmósfera resultante que veamos al entrar y que nos haga sentir bien, por eso es tan importante también saberlos combinar con el resto de los elementos que forman parte de la estancia.

 

Existen textiles que entendemos son básicos, especialmente los relacionados con las tapicerías y cortinajes que se encargan de vestir piezas clave, pero después están aquellos que forman parte de los complementos decorativos como podría ser el caso de los cojines, cuyo papel no se valora todo lo que se merece, dado que son capaces de cambiar totalmente la percepción de un espacio aunque no lo parezca. Su característica multifuncional como elemento práctico y decorativo a la vez le convierte en el rey de la casa.